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26 de septiembre de 2024Todos nosotros tenemos una "ventana de tolerancia" que abarca varios niveles de activación emocional que podemos procesar de manera equilibrada.
Algunas personas pueden tener esta ventana más ancha, sintiéndose cómodas pensando y actuando al experimentar emociones de alta intensidad.
Otras personas, sin embargo, pueden desrregularse fácilmente con ciertas emociones (como la ira o tristeza) o simplemente experimentando cualquier emoción a una intensidad mínimamente moderada.
La anchura de esta "ventana de tolerancia" puede variar entre personas e incluso en una misma persona en diferentes situaciones.
Condiciones fisiológicas, como el hambre o el cansancio pueden restringir nuestra "ventana de tolerancia", volviéndonos más irritables, vulnerables y propensos/as a tener "explosiones" emocionales.
Mientras que la presencia de personas a las que queremos y con las que nos sentimos seguros/as y comprendidos/as pueden hacer más tolerable una situación estresante, ampliando nuestra "ventana de tolerancia".
¿Qué ocurre cuando salimos de la ventana de tolerancia?
Nuestros comportamientos y pensamientos pueden verse alterados cuando esta activación emocional supera los límites de nuestra "ventana de tolerancia".
Por encima de estos límites, podemos encontrar un exceso de actividad del sistema nervioso simpático, manifestándose en procesos que consumen mucha energía, como el aumento de la tasa cardíaca, respiratoria y sensaciones de pálpito en la cabeza.
Sin embargo, por debajo de estos límites observamos un exceso de actividad del sistema nervioso parasimpático, encontrando una predominancia de los procesos conservadores de energía, como la disminución de la tasa cardíaca, respiratoria y una sensación de anestesia emocional y desconexión mental.
Ante estas condiciones, se bloquean los circuitos prefrontales encargados del pensamiento abstracto y la autorreflexión, y el pensamiento racional desaparece.
Nos encontramos ante un estado de desregulación emocional.
Regulación emocional: el verdadero desafío
El problema no es desregularse, ya que todos lo hacemos en algún momento, sino la dificultad para reconocer cuándo sucede y no poder recuperar el equilibrio.
Gestionar las emociones implica manejar tanto las reacciones conscientes como las inconscientes mediante estrategias adaptativas. Esto incluye procesos internos (autorregulación) y externos (cuando otros nos ayudan a calmarnos).
La clave está en poder volver a un estado de estabilidad emocional, lo que nos permite responder de manera más flexible y adaptativa a las situaciones.
Claves para una regulación emocional efectiva
La desregulación emocional no es el problema, lo es el no saber reconocer cuando nos estamos desrregulando y el ser incapaces de volver a un estado de equilibrio.
La regulación emocional es la capacidad de modificar la experiencia emocional de manera consciente e inconsciente.
Todos/ as utilizamos diferentes estrategias de regulación emocional que pueden ser más o menos adaptativas.
No obstante, una buena regulación emocional nos permite poner en marcha un conjunto de procesos (cognitivos, conductuales y emocionales) internos (autorregulación) y externos (corregulación) que nos permiten volver a un estado de homeostasis de manera flexible y adaptada a la situación.
El proceso de regulación emocional seguro va más allá de la bajada de la intensidad emocional, implica también el desarrollo de conciencia sobre el propio cuerpo, sobre el estado emocional y lo que éste significa para la persona.
Incluye el aprender habilidades para gestionar y modular las emociones, tanto en alta como en baja activación, así como el afrontar las emociones y comprender del curso natural de éstas, aprendiendo a usarlas como una alerta y un motor.
Estrategias para ampliar tu ventana de tolerancia
Dentro de las estrategias de regulación emocional, podemos encontrar las técnicas "de abajo arriba" y "de arriba abajo".
Las técnicas "de abajo arriba" son técnicas en las que trabajamos con el cuerpo para modificar las áreas subcorticales (donde se encuentra la amígdala, centro emocional del cerebro). Aquí encontramos técnicas como la respiración, conciencia sensorial, posturas y técncias basadas en el movimiento.
Por otra parte, las técnicas "de arriba abajo" incluyen las técnicas que utilizan el pensamiento para producir cambios subcorticales.
Entre estas técnicas encontraríamos la reestructuración cognitiva, las meditaciones y el trabajo cognitivo con los recuerdos, entre otros.
Estamos aquí para ayudarte. Solicita una cita hoy mismo.
Ventana de tolerancia y el bienestar emocional
Ampliar tu ventana de tolerancia y aprender a regular tus emociones puede mejorar significativamente tu bienestar emocional.
Este proceso no se trata solo de "calmarte" cuando estás molesto/a, sino de desarrollar una comprensión profunda de tus emociones, saber cuándo se están desregulando y aprender a gestionarlas de manera más efectiva.
Con el tiempo, estas herramientas te permitirán enfrentar situaciones difíciles sin sentir que pierdes el control.
Si te gustaría saber más sobre tu ventana de tolerancia o aprender qué estrategias de regulación emocional podrían ayudarte mejor, no dudes en contactarnos.
Estamos aquí para apoyarte en el camino hacia un mayor equilibrio emocional.